diciembre 22, 2024

Oaxaca-8

Una ventana al mundo

Alberto, un astrofísico oaxaqueño en París.

Tiempo de lectura:4 Minutos

INVESTIGADORES OAXAQUEÑOS

Alberto, un astrofísico oaxaqueño en París.

NÉSTOR YURI

JAVIER TOLEDO FLORES

Todos tenemos la costumbre de mirar al cielo y le hacemos todo tipo de preguntas sobre sobre nuestra vida, triunfos, fracasos y futuro. Las estrellas han sido fuente de inspiración de poetas y enamorados, creadoras de mitologías más o menos complejas y hasta de charlatanes que ven en ellas un futuro que nadie más puede ver.

Un astrofísico es un científico que estudia el universo. Para nosotros no son más que pequeños puntos de luz. Para ellos pueden ser planetas, estrellas, galaxias o hasta hoyos negros, un objeto predicho por la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein. Alberto Rosales es un doctor en Astrofísica, investigador asociado a la Universidad de la Sorbona y el Observatorio de París, pero también es oaxaqueño y es un orgullo para nuestra tierra.

Desde pequeño destacó en la escuela. Tiene facilidad de palabra, por lo que en la oratoria consiguió diversos reconocimientos a lo largo de sus estudios. Le gusta el basquetbol, tocar el violín, las lecturas de filosofía y el cine de ciencia ficción.

Desde niño supo que quería ser científico. Ya la secundaria le gustaba la Física y enfocó sus esfuerzos en ella, participando incluso en varias olimpiadas organizadas por la Sociedad Mexicana de Física. De la Escuela Técnica 85 pasó a estudiar su preparatoria en el Instituto Carlos Gracida.

Sabía de antemano que su destino era la UNAM. No tenía derecho al pase automático, así que tuvo que aplicar un examen de admisión que aprobó con honores. Por fin estaba en donde quería estar: en un ambiente académico, de investigación y ciencia.

La materia de estudio de los astrofísicos es el estudio de los astros y el universo en general. Estudian las formación de los planetas, las estrellas y las galaxias haciendo uso de toda la información que les ofrecen los grandes telescopios alrededor del mundo, de los que están en el espacio y de los datos que satélites envían a la tierra. Según nos explica Alberto, muchos de esos datos son de dominio público a través de los sitios web de la NASA o la Agencia Espacial Europea, pero también con una sonrisa nos explica que son datos tan especializados que no cualquiera puede interpretarlos.

En la Facultad de Ciencias de la UNAM inició su licenciatura. Ahí recibiría los conocimientos para estudiar y comprender desde las partículas elementales hasta las galaxias, aplicando modelos matemáticos con conocimientos de la Mecánica Clásica y relativista, Termodinámica, Electromagnetismo, Física estadística y Cuántica.

Alberto tiene una fuerte motivación personal, desde niño le gustaba investigar por su cuenta muchas cosas que quería comprender y dada su facilidad para la oratoria, en la escuela fungió como maestro de ceremonias y, en su momento participó en el Cabildo Infantil fungiendo como Regidor de Derechos Humanos. Esta facilidad para relacionarse y desenvolverse le sería muy útil en la UNAM, en donde empezó a tener contacto con investigadores mexicanos y extranjeros de muy alto nivel y gran prestigio.

Nos dice: “Al terminar mi periodo de licenciatura, me gradué por excelencia académica y estaba decidido a iniciar una carrera científica, por lo cual mi siguiente paso fue cursar la Maestría en Ciencias en el Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM. Durante este periodo me especialicé tomando cursos de Astrofísica y Física de Altas Energías, realicé un proyecto de investigación bajo la dirección del Dr. Sarira Sahu, publiqué mis primeros artículos científicos, y asistí a mis primeras conferencias internacionales. Tuve la oportunidad de asistir a una escuela de verano en el Instituto Niels Bohr en Copenhague, presentar mi trabajo en una conferencia internacional en Venecia, y realizar una corta estancia de investigación en el Instituto de RIKEN en Tokio. Estas experiencias fueron clave para decidirme a estudiar un doctorado el extranjero y convertirme en un investigador”.

Con todo y sus grados académicos y justo por estar realizando ya trabajos de investigación formal con partículas de alta energía, como los rayos gama o los neutrinos, hay algo en que hace énfasis: le gusta el trabajo de divulgación científica y servir, al mismo tiempo, como motivador para que otros estudiantes pierdan el miedo a la ciencia. Reconoce que hay mucho talento entre los jóvenes como él y no duda en contar sus propias experiencias y éxitos en al ámbito científico a manera de ejemplo de lo apasionante que la vida de un investigador.

Alberto ha sido miembro de varios equipos de alto nivel científico. Participó en una colaboración internacional encargada de construir el observatorio de rayos gamma más grande del mundo, el consorcio CTA, con el cual podremos estudiar el universo a altas energías. Su trabajo actual es como investigador asociado en la prestigiada Universidad de la Sorbona y del Observatorio de París, un centro de investigación único por su reputación y sus campos de estudio.

La gran cantidad de información que hoy se produce no puede ser procesada por una sola persona. Ahí está la importancia y trascendencia de ser parte de equipos de investigadores como en los que participa, que se encuentran en las fronteras humanas del conocimiento y que, de acuerdo con la propia filosofía de esos centros de alta investigación, la difusión del conocimiento es una de sus principales misiones.

Alberto Rosales de León es un extraordinario joven oaxaqueño que debe ser motivo de orgullo para todos nosotros.

Contacto: nestoryuri@yahoo.com

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