junio 26, 2024

Oaxaca-8

Una ventana al mundo

Antique Café

Tiempo de lectura:3 Minutos

REGRESANDO AL PASADO

…Bajo el sol ardiente y buscando la sombra de árboles y arbustos, el estómago ya me pedía a gritos algo fresco y alimento, camine sobre las piedras de cantera que le dan el antiguo nombre de Verde Antequera a la hoy Ciudad de Oaxaca de Juárez. Estaba en el pintoresco e increíblemente bello, barrio de Xochimilco, el lugar de muchos arcos de piedra, rincones y recovecos …todo invita al romanticismo, a la paz, a la tranquilidad y disfrute de encontrar siempre algo nuevo.

Caminé un poco más, y así, en ese caminar incierto me metí por un callejón que parecía no tener salida, pero en realidad era el paso para llegar a uno de los antiguos y arquitectónicos arcos que hace varios siglos sirvieron como soporte para el acueducto que conducía las cristalinas aguas del cerro de San Felipe del Agua que alimentaba del vital liquido a la ciudad capital. El arco es en realidad la entrada a otro callejón y, por ahí, casi perdido un pequeño letrero: Café Antique…caminé por el callejón unos cuantos pasos, y ahí, pasando la puerta me encontré con uno de los espacios de lo más sorprendentes.

De lo que se entiende era la cocina sale sonriente un personaje de brillante calva, me saluda y me invita a pasar, hoy el personaje ya es mi amigo, se llama Esaú y tiene el enorme don de generar confianza y empatía.

Me mostro el lugar y yo elegí una especie de sala comedor, en cuyo centro había una pequeña mesa de cuatro sillas. Me presenta la carta y yo elijo una deliciosa ensalada de frutas y verduras con un aderezo excepcional, una crema de poro y un guiso que me supo a gloria, claro sin faltar la generosa jarra de agua de guayaba y pepino, deliciosa.

Mis ojos empiezan a recorrer palmo a palmo el lugar: un antiguo televisor de bulbos y con pantalla en blanco y negro, un antiguo teléfono tal vez del siglo XIX o principios del XX, un tocadiscos con discos de pasta de 45 revoluciones, pero no era uno, eran varios de diferentes épocas y modelos, radios de bulbos, cámaras fotográficas de tamaños, modelos y marcas conocidas y desconocidas, un reloj de velador de esos que se colgaban los vigilantes en el cuello y que tenia un mecanismo especial para que cada determinado tiempo el velador marcara y no se durmiera, todo, todo, todo FUNCIONANDO.

Amablemente, Esaú me prendió el televisor y de inmediato mi mente voló a aquel año cuando el hombre puso el primer pie en la luna, y que, el gobierno instalo televisores de ese tiempo en lugares públicos para que el pueblo pudiera vivir ese momento histórico.

Después mi anfitrión puso la aguja metálica sobre el disco de 45 revoluciones, y así pude escuchar la voz de un artista que no identifique, creo que era Emilio Tuero.

Me permitió hacer una llamada a través del antiguo teléfono, me mostro una minúscula cámara fotográfica que me recordó a El Santo o al Agente 007.

En un pequeño espacio, tal vez solo como piezas de museo, una de las primeras estufas de gas, un refrigerador de la misma época, todo funcionando al igual que otros aparatos eléctricos.

Ya entrado en curiosidad pedí que me mostrara todo el lugar, y la verdad en cada espacio o rincón hay una sorpresa u objeto curioso, como un colibrí suspendido de un alambre bastante delgado, la pequeña ave con su pico roza un chorro de agua y esto provoca un movimiento que hace parecer que el pequeño ser esta volando suspendido en el aire y tomando agua.

Mas al fondo se observa un antiguo reloj cuyo cucú sale por su ventana cuando marca la hora.

Y que decir de una habitación al fondo con mas objetos antiguos, como una consola como la que usaban los abuelos para las fiestas familiares, Esaú puso un disco y de inmediato el lugar retumbo por el sonido estereofónico.

Casa Antique me enamoro, me impresiono y me provoco ensoñación por un regreso al pasado, un pasado que tal vez fue de lo mas feliz, sobre todo porque lo disfrutábamos con nuestros seres queridos, y que ya hace mucho tiempo partieron a su viaje eterno.

Recientemente estuve en ese lugar de ensueño con una amiga muy respetable, también le encanto el lugar, y al igual que yo, cuando salimos pudimos admirar las pitajayas en plena flor.

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