CARPE DIEM
Continuidad sí; continuismo no
NÉSTOR YURI SÁNCHEZ
Hoy hay debate presidencial. Su importancia y trascendencia no necesita recordatorio aún para quienes afirman no interesarse por la política. Es cierto que los partidos y sus candidatos dejan mucho que desear, pero la gente apática es peor.
Hablemos de un tema más cercano, también político. En las próximas elecciones votaremos por presidentes municipales y el asunto tiene enorme importancia porque es la instancia de gobierno con la interactuamos de manera cotidiana.
Se postula para la reelección el contador Francisco Martínez Neri por el partido oficial. Por otros partidos aparecen el Dr. Martín Vásquez Villanueva, el Arq. Jaime Larrazábal y un joven de apellido Puga para el municipio de Oaxaca de Juárez. En esta elección debemos definirnos ante una disyuntiva: continuidad o continuismo.
Por cuanto a continuidad se entiende el que conservemos un modelo democrático como sistema político, que a una administración la suceda otra electa de manera popular y que conserve, procure, modifique o cree las instituciones necesarias para evitar los caudillismos populistas.
Por su parte el continuismo puede resumirse en “más de lo mismo”. ¿Eso queremos para nuestra capital o es necesario darles una oportunidad a otros proyectos?
El continuismo es un baúl cargado de vicios y aplica tanto en las elecciones municipales como las federales de este año y, al momento de que hagamos una valoración antes de votar, debemos tomar en cuenta que no solo elegimos a la cabeza del equipo sino al equipo mismo que acompañará al candidato. Y ahí está el detalle porque en esos equipos vienen toda clase de pillos.
El continuismo conlleva una serie de riesgos negativos que hay que considerar, como lo es el estancamiento de las ideas y cuya consecuencia es, precisamente, provocar una apatía entre la gente para que se les deje hacer lo que quieran. Volver a tener el mismo liderazgo que no cumplió las expectativas ofrecidas puede resultar castrante para mucha gente que ha quedado decepcionada de sus autoridades municipales.
¿Qué va a pasar con las denuncias de corrupción? Esa es otra de las consecuencias del continuismo porque es absolutamente improbable que ellos mismos estén dispuestos a investigarse y sancionarse. La tolerancia desmedida por el ambulantaje y la economía informal es también corrupción alimentada por el clientelismo electoral. El ambulantaje no solo polariza las calles, sino que fomenta un cáncer económico que pagamos los que si contribuimos: la evasión fiscal.
La rendición de cuentas es otro de los efectos negativos del continuismo. Ellos mismos revisarán sus propias cuentas y de antemano sabemos que no habrá castigo para nadie dentro del equipo. Hasta el momento, nadie del gabinete de Oswaldo García Jarquín ha sido castigado ni tampoco se sabe de sanción alguna por la venta ilegal de los autos del corralón, mucho menos de castigar los actos cotidianos de sus oficinas para entorpecer trámites y obligarnos a ofrecer “mochadas” a cambio de que avancen.
Quienes hoy están en el poder son quienes nos sometieron y agraviaron durante la asonada sindical de 2006. El contador Neri era Rector de la UABJO cuando se dejó Radio UABJO en manos de la “doctora escopeta” y los grupos que invitaban a la sedición y, además, convirtió a CU en un refugio para los vándalos que incendiaron la ciudad. Resulta infantil pensar que quienes no tuvieron empacho en martirizar la ciudad ahora se postulen para sacarla adelante.
Los problemas no resueltos de la basura, la inseguridad, el ambulantaje pesan demasiado sobre la imagen de este Ayuntamiento. Necesita presentar propuestas concretas, resolver problemas y dejar de lado la soberbia con la que algunos de sus funcionarios se comportan. Si ellos desean seguir por tres años más deberán demostrar que si pueden con el encargo o mejor hacerse a un lado y dejar a otros que estén mejor capacitados.
El continuismo político conlleva una serie de riesgos que no debemos dejar pasar por el peligro de terminar en una dictadura. Es un caldo de cultivo para la corrupción y el clientelismo, provoca descontento social y podría estancar la economía. En lugar de debilitarlas necesitamos instituciones y mecanismos de control y rendición de cuentas efectivos para prevenir los efectos perversos del continuismo.
Necesitamos continuidad sí para un modelo democrático e institucional; continuismo no para un populismo irresponsable.
PUERTO ESCONDIDO.
La marabunta que les cayó en Puerto Escondido con la nueva carretera era previsible. Ahora viene el crecimiento desmedido y anárquico de la ciudad además los grandes negocios inmobiliarios en puerta. El destino de la costa oaxaqueña ha cambiado para siempre y desde la prensa nacional ya lo consideran el nuevo Acapulco, no porque las familias vayan hasta con la mascota sino porque corre el mismo riesgo de atraer también al crimen y la corrupción en todas sus modalidades.
nestoryuri@yahoo.com
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