Lo que hoy es un barrio de Oaxaca de Juárez, fue durante siglos el pueblo de Santo Tomás Xochimilco, después agencia municipal y finalmente un barrio tradicional donde conservan sus propias costumbres desde el tiempo de la colonia y siguen existiendo oficios tradicionales como la mantelería y objetos de hojalata, muy vistosos y artísticos.
Xochimilco fue uno de los asentamientos mexicas que se establecieron en el Valle de Oaxaca mucho antes de la llegada de los gachupines, lo cual tuvo mucha importancia histórica. Estos mexicas aumentaron con los cuatro mil que trajo el conquistador Francisco de Orozco en 1521, los cuales se esparcieron en los espacios aledaños a la antigua Huaxyacac, donde se ubicaba Xochimilco, llamado así por alguna similitud con Xochimilco, en la ciudad de México.
Según varios de nuestros historiadores los primitivos mexicas fundadores de Xochimilco establecieron un adoratorio. Ya en tiempos de la colonia en la primera mitad del siglo XVII, fue construido el templo el cual fue puesto bajo la advocación de Santo Tomás Apóstol.
Dicen las gacetillas de entonces que en 1754 al tomar posesión del obispado don Buenaventura Blanco y El güero, acudió a consolar a los feligreses a Xochimilco ante los estragos que sufrió el templo por un fortísimo sismo, fue reparado pero volvió a sufrir los siguientes temblores, hasta que en años después fue restaurado completamente quedando bajo la advocación de San Matías Apóstol. Después volvió a su advocación original: Santo Tomás Xochimilco.
El espacio del templo cuenta con un atrio arbolado y enseguida el panteón que aun sigue siendo utilizado para las inhumaciones. Es un camposanto que tiene movimiento por las visitas de aquellos deudos que tienen en ese lugar los restos de su seres queridos.
El hoy barrio sigue conservando sus costumbres locales, los festejos religiosos, especialmente los que se llevan a cabo durante la Semana Mayor, las aguas frescas de «martes santo», el culto a la Virgen del Rosario contando con sus mayordomos y el gasto que representa dicho compromiso. Además de los actos en honor de Santo Tomás.
Como pueblo y después como agencia municipal Xochimilco tuvo sus bienes comunales que incluyen el cerro del Fortín colindando con Santa Rosa, por un lado y por el otro con el Ejido Guadalupe Victoria. Conserva como vestigio de la colonia, el acueducto de La Cascada con sus arcos que soportaban el paso de la zanja de agua proveniente de San Felipe. Ese barrio hoy es muy apetecido por los extranjeros para habitar, dada la tranquilidad, lo arbolado de los solares y la cordialidad de la mayoría de vecinos.
Precisamente el camino viejo de la Sierra Juárez a la ciudad de Oaxaca atraviesa el barrio y llega al Carmen Alto, por ahí pasó caminando el niño Benito Juárez y durante muchos años fue el paso obligado, puesto que no existía la actual Calzada Porfirio Díaz, que fue construida precisamente durante el Porfiriato usando la mano de obra se los presos, por lo cual se le conoció como «calzada de las lágrimas». (CARLOS CERVANTES).
Fuente: Hemeroteca Pública de Oaxaca.
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