El Zumbido del Moscardón
Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Mañana se va López Obrador y esperemos que a la Chingada. Justo ayer vi un meme de esos que le causan a uno sentimientos encontrados que dice. “AMLO termina mañana su primer sexenio y comienza el segundo, esta vez en modalidad home office”. De risa y de miedo al mismo tiempo.
En esta columna, quiero analizar dos aspectos del sexenio de López, primero desde el punto de vista de los ciudadanos que siempre creímos que Andrés era un peligro para México y después desde la propia óptica de López.
Para los primeros y como epítome reducido a una sola palabra, el sexenio fue un FRACASO, yo le añadiría ROTUNDO por varias razones entre las principales, por sus promesas incumplidas, de alcanzar un crecimiento de 6% del Producto Interno Bruto, de bajar la gasolina a 10 pesos por litro, de vender un avión presidencial, de tener un sistema de salud como el de Dinamarca o alcanzar la autosuficiencia energética y además de pacificar al país.
Los números que nos deja López en México, son de miedo. Casi 200 mil asesinatos (mucho más que en los sexenios de Calderón y Peña Nieto), una deuda externa que le pega a los ¡SIETE BILLONES DE PESOS!, un incremento de CUATRO MILLONES MÁS DE POBRES, finanzas pauperizadas, un sistema de salud colapsado, un sistema educativo con un alto grado de adoctrinamiento, la extinción de la separación de poderes, un narco estado donde los carteles dominan el país, relaciones exteriores deterioradas en América y Europa y una división interna casi irreconciliable.
El sexenio de López fue literalmente un barril sin fondo que dilapidó la riqueza que tenía el país. Riqueza que sabíamos que existía como el dinero de decenas de fideicomisos que, si bien eran perfectibles, también cumplían una función importante para el país. López se gastó los fondos de emergencia que sumaban 300 mil millones de dólares.
Sus obras faraónicas, para muchos próximos elefantes blancos, consumieron miles de millones de dólares del erario costando hasta dos y tres veces más de lo proyectado pero, sin ninguna utilidad pública puesto que nunca se hicieron los estudios de mercado para determinar la viabilidad de dichos proyectos.
Por eso para muchos mexicanos, el sexenio que termina es un fracaso y, si embargo, del otro lado, desde la óptica pejista el sexenio fue todo un ÉXITO, porque cumplió con su cometido de dividir al país, porque cumplió su promesa de mandar al carajo a las instituciones, porque dominó al poder legislativo y aplastó con su mayoría compuesta al poder judicial.
Para el peje, sentar las bases del socialismo populista, siguiendo el protocolo de Sao Pablo, fue lo esencial, por eso siguió a pie juntitas lo que dictan los protocolos, desde la conquista de la mayoría en el Congreso de la Unión, para que con esa mayoría, aplastara al único contrapeso que tenía que era el poder judicial.
Si le damos todo el crédito al éxito de López, tenemos que preguntarnos entonces ¿y Claudia?, ¿va a gobernar ella?, ¿esperará sentada en la silla a acomodarse lo suficientemente bien como para mandar al carajo al peje?, o ¿será su marioneta?
Pareciera que el meme que cité líneas arriba, no tiene desperdicio. López no se va a ir a la chingada y, puede que hasta se quede a vivir en su departamento de Palacio Nacional donde ya se acostumbró a que le sirvan, desde los militares, hasta su súbditos porque ha hecho lo suficiente y necesario para implantar la tiranía en México.
Lo que sigue, sugerido al oído de la marioneta Claudia Sheinbaum, será la desaparición de la propiedad privada como ya sucedió en la Ciudad de México y, como también sucedió en Cuba y en Venezuela. Olvídense que son dueños de algo, serán posesionarios o concesionarios pero dueño sólo será el Estado y claro, como la reforma judicial eso hará que los pocos capitales que quedan en México, huyan donde haya certeza jurídica.
Por eso podemos asegurar que mañana termina el primer sexenio de López y comienza el segundo, que el Gran Arquitecto del Universo o los gringos, nos ampare, porque a nadie le conviene un segundo periodo.
@leyvaguilar
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