El Zumbido del Moscardón
Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Dice el presidente electo de Estados Unidos Donald Trump, que el ex canciller mexicano que se encargó de negociar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (T-MEC) durante el sexenio de López Obrador, es decir Marcelo Ebrard Casaubón, tiene un Coeficiente Intelectual (IQ) de 50 o lo que es lo mismo, una “discapacidad cognitiva moderada”…
Decir que el gordo Marcelo tiene una discapacidad cognitiva moderada, nos puede dar un parámetro para comparar al gabinete que hoy tiene la presidente (con E) Claudia Sheinbaum Pardov que tiene al carnal Marcelo como su secretario de economía y de alguna manera tendrá que volver a tratar con el equipo de Trump, la renegociación del T-MEC.
Digo que nos da un parámetro, porque hay quienes afirman que entre el equipo de Sheinbaum, una de las personas más inteligentes -y preparadas- es Marcelo Ebrard ¿cómo estará el resto del gabinete legal y ampliado de la presidente?, seguramente muchos no alcanzan 4 puntos de IQ que significaría capacidad cognitiva nula como el secretario de educación Mario Delgado Carrillo o como la candidata a reelegirse en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) Rosario Ibarra Piedra.
Donald Trump se burló de Marcelo Ebrard y por tanto del gabinete de Claudia Sheinbaum, porque en esencia, como lo dijo en su primer mandato, su gobierno sin mucho esfuerzo “dobló” al ex canciller y al ex presidente con el asunto de los migrantes en la frontera sur de México al obligarlos a detener la migración con 50 mil efectivos de la Guardia Nacional que saturaba en ese entonces la frontera norte.
Hoy, con más experiencia en el ejercicio del poder, podemos suponer que la política migratoria de Donald Trump, va a radicalizarse, es decir va a endurecer las leyes para impedir que más migrantes indocumentados a los que considera menos que a perros sin pedigree, crucen la frontera y, según él, le quiten posibilidades de empleo a los legítimos estadounidenses.
De hecho, ya anunció que a partir del primer minuto de su mandato, va a “cerrar” la frontera con México y deportará a nuestro país a todos los indocumentados, sin importar que éstos sean mexicanos o no. Es decir, nos va a regresar a salvadoreños, nicaragüenses, haitianos, cubanos, guatemaltecos, mexicanos, venezolanos, colombianos y todas esas personas que considera “fauna nociva” para la economía de Estados Unidos.
En ese asunto migratorio, Donald ha retomado su intención de construir el muro fronterizo y que dicha obra la pague el gobierno de Claudia Sheinbaum, además de deportar a todos los indocumentados, también plantea aplicar más aranceles a las importaciones de productos mexicanos hacia Estados Unidos. Los vehículos chinos de manufactura mexicana, según Trump no serán vendidos en USA.
Trump ha prometido usar la “ley de enemigos extranjeros” para perseguir, detener y expulsar a miembros de pandillas, traficantes de drogas o miembros de cárteles conocidos o sospechosos de Estados Unidos y todas esas “joyitas”, vendrían a parar a territorio mexicano, bajo esta premisa del republicano.
En contraparte, el presidente electo de USA propuso también otorgar “automáticamente” tarjetas verdes a los ciudadanos extranjeros que se gradúen en universidades estadounidenses, siempre y cuando, tengan IQ superiores a los 100 puntos y no 50 como Marcelo Ebrard.
Otra prioridad de Donald Trump, son los carteles de las drogas. Él si le ha declarado la guerra, como Calderón (2006) en México a los carteles que operan desde nuestro país y tienen presencia en USA como el de Sinaloa, el del Golfo, el de Tijuana, el Jalisco Nueva Generación y las escisiones del Mayo Zambada y el Chapo Guzmán que eran uno antes.
Trump pedirá al Congreso de EEUU que garantice que los traficantes de drogas y de personas, puedan recibir la pena de muerte por sus “actos atroces”. De la misma manera prometió acabar con los cárteles imponiéndoles embargos navales, cortando el acceso de los cárteles a los sistemas financieros globales (incluidos los bancos del bienestar en México) y utilizando fuerzas especiales dentro del Departamento de Defensa para dañar a los líderes de las organizaciones dentro y fuera de su país.
Ya quiero ver al canciller Juan Ramón de la Fuente con su mesura académica, negociar estas propuestas de Donald Trump en un ambiente tenso por la incertidumbre jurídica causada por la Reforma Judicial y la supremacía constitucional, ya quiero ver al carnal Marcelo con su IQ de 50 decirle un ¡NO!, al autoritarismo exacerbado del reciclado presidente de Estados Unidos.
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