El Zumbido del Moscardón
Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Ah que pingüe consejero jurídico del gobierno del anodino Salomón Jara, ni bien sale de una y entra en otra. Hay más de 600 juicios de amparo de igual número de trabajadores del gobierno del estado que provocarán un hoyo en la administración púbica.
Dicen los expertos juristas -por cierto hay unos que están cobrando apenas unos 3,500 pesos por los juicios, y otros que les cobran hasta 100 mil- que es MUY fácil ganarle esos litigios al gobierno del estado porque el decretazo que borró de un plumazo más de tres mil plazas, está hecho con las patas.
Lo dijimos aquí en el #ZumbidoDelMoscardón, que ese decreto, para empezar lo copiaron de otro estado de la república y los borregos en la cámara local de diputados, ni siquiera lo leyeron y así lo firmaron. Eso nos habla de las limitaciones del pingüe consejero jurídico que muestra el tamaño de su hígado y el hedor de su bilis por todo lo que huela al sexenio pasado.
Cercenar plazas para ahorrar dinero, puede ser una buena medida para sanar las finanzas públicas, pero carajo ¿por qué no hacen una revisión exhaustiva de quiénes son los que ostentan esas plazas?, lo que pudo ser un acierto del gobierno del anodino “gobernador”, así en minúsculas y entre comillas Salomón Jara, se va a convertir en una de las grandes pifias jurídicas jamás realizada.
En el actual gobierno pasa lo mismo que ha pasado en otros, incluso en gobiernos de izquierda como el del patrón del anodino Gabino Cué, que otorgó a diestra y siniestra, plazas de la secretaría de administración cuando terminó su gobierno.
Recuerdo muy bien que los sindicalizados que trabajaban en Comunicación Social durante el gobierno de Ulises Ruiz, no llegaban a 70, cuando recibió Alejandro Murat el gobierno de manos del nieto de la abuelita Gabino Cué, los sindicalizados en la misma dependencia eran más de 180.
Claro que había o hay muchos que no hacen absolutamente nada y justo a esos y a los recomendados de los jefes, son a los que el consejero jurídico debería “adelgazar”, aunque en una de esas, pues hay que darle la razón al pingüe consejero que no controla ni su peso, menos la obesidad de la administración pública.
Tengo conocimiento que sin ningún escrúpulo, sin ni un viso de sensibilidad política o social, sin un dejo de piedad, el consejero jurídico quiere arrebatarle su plaza a personas discapacitadas unas, diabéticas otras que tienen la necesidad de dializarse y que dependen de su sueldo para poder pagar los costosos tratamientos para purificar la sangre porque los hospitales, como ya vimos, no tienen esos insumos.
Así, sin misericordia, sin progenitora el consejero jurídico se pasa por su seguramente apestoso arco del triunfo, los derechos humanos elementales de los trabajadores que, por un guango decreto se han quedado sin trabajo. Justamente por eso, porque la ley no puede ser injusta, va a perder los más de 600 juicios que ya están implementados en contra del gobierno del anodino Salomón Jara.
Pero no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace su compadre. ¿A poco el serrano no sabe de los antecedentes de sociópata y antisocial del pingüe consejero jurídico Geovanni Vásquez Sagrero que por cierto tiene a toda la parentela cobrando en gobierno?, ¿a poco no sabe que el abogado nació en uno de los barrios más pobres y resentidos que tiene la capital de Oaxaca, es decir e San Juanito cuna hasta de pandillas?
Los medios de comunicación han dado cuenta del entorno familiar que tuvo en su niñez el ahora flamante pero inepto consejero jurídico y no es precisamente una infancia que le traiga buenos recuerdos, sino más bien que forjó su carácter sobre todo su hígado para que, en el poder, lo usara sin piedad para con quien menos tienen.
Una infancia así como al describe un escrito que circula en WhatsApp, con el abandono de un padre y el desinterés de una madre supuestamente alcohólica, no puede dar a la sociedad una persona medianamente empática, más bien lo que se engendra desde esos oscuros inicios, es a una persona resentida con la sociedad por decir lo menos.
Sigmund Freud diría en su estudio del psicoanálisis que una infancia en abandono, podría generar hasta un psicópata. Supongo que la vida en sociedad que le conocemos al pingüe consejero lo aleja de la psicopatía pero sus actitudes si lo acercan a la sociopatía entendida como un trastorno de la personalidad caracterizado por conductas antisociales… ¿no es antisocial quitarle la plaza por poder y por placer a un minusválido?
Pero bueno, ojalá cuando los juicios estén perdidos y el gobierno tenga que indemnizar a los promoventess, el anodino y muy limitado “gobernador” del estado se de cuenta de su yerro y mande a su amigo a su casa, aunque le siga pagando con una plaza en gobierno, ahí encerrado le hace menos daño al estado.
@leyvaguilar
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